El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dio la orden de imponer aranceles de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio para proteger a ambas industrias de importaciones, una acción que el Departamento de Comercio considera una amenaza para la seguridad nacional.

Desde la Casa Blanca, Trump dijo que: “Será 25% para el acero. Será 10% para el aluminio. Será durante un largo período de tiempo”. “Lo firmaremos la próxima semana” añadió. Trump fundamenta esta decisión de acuerdo con lo que establece la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de Estados Unidos, la cual ampara la imposición de aranceles para la protección de la industria norteamericana ante las importaciones, aunque todo parece indicar que la medida tendrá un alto nivel de discrecionalidad, propio de Trump.

En una reunión con directivos de ambas industrias en la Casa Blanca, Trump prometió que reconstruiría los sectores del aluminio y el acero, comentado que han recibido un trato injusto de otras naciones durante décadas. “Por primera vez en mucho tiempo tendrán protecciones”, comentó Trump a los industriales. “Nuestras industrias de acero y aluminio han sido diezmadas por décadas de comercio injusto y mala política con países de todo el mundo”, añadió luego Trump en su cuenta de Twitter.

Los legisladores republicanos se mostraron cautos tras el anuncio de Trump. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, le pidió que “considere las consecuencias involuntarias de esta idea” y le sugirió que “busque otros enfoques antes de seguir adelante”.

La imposición de aranceles al acero y aluminio podría desatar represalias comerciales por parte de grandes comercializadores de estos metales, al considerar las acciones del presidente norteamericano como una provocación que iniciaría una posible guerra comercial.

Aunque se desconocen los productos específicos sobre los cuales tendría efecto esta nueva disposición del gobierno de Trump, esta medida tendría profundas implicaciones en el mercado global de los metales, los cuales afectarían a las bolsas de valores en todo el mundo.

Por su parte el gobierno de China, una nación que tiene fuerte presencia en el mercado de metales, expresó enfáticamente que tomará medidas necesarias para defender los intereses de sus exportares.

De acuerdo al periódico chino Daily, Wang Hejun, jefe de la Oficina de Investigación y Remedios Comerciales del Ministerio de Comercio, dijo: “Estados Unidos ha utilizado de manera excesiva e irrazonable medidas comerciales correctivas y ha tomado la decisión equivocada de cobrar tarifas altas sin ninguna evidencia. El resultado de este caso afectará su mercado laboral y el bienestar de los consumidores”,

Esta medida afecta profundamente a México debido a que se ubica entre los principales proveedores de acero y aluminio y las manufacturas de ambos en el mercado de Estados Unidos, con ventas a ese destino por 7,337 millones de dólares en el 2017.  Se especula que esta medida puede ser una represalia ante la negativa del presidente mexicano Enrique Peña Nieto de viajar a Estados Unidos para verse con su homónimo norteamericano para tratar asuntos del TLCAN después de una acalorada conversación que duró más de 50 minutos entre ambos mandatarios.

 

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