La magia del romanticismo volvió a envolver el Estadio Banorte en Monterrey durante la noche del pasado sábado, cuando Marco Antonio Solís, el legendario «poeta del siglo», hizo vibrar a los espectadores con su inconfundible voz y sus inolvidables éxitos. El recinto deportivo, hogar de los Borregos Salvajes del Tecnológico, se transformó en un escenario de emociones donde más de 12 mil almas se unieron para rendir homenaje a uno de los más grandes exponentes de la música latina.

El reloj marcaba las 9:45 p.m. cuando las luces del estadio se extinguieron, dando paso a la expectación y la emoción que llenaron el aire. Ataviado con un imponente traje color rojo, Marco Antonio Solís emergió en el centro del escenario, recibiendo una ovación atronadora que reflejaba el profundo afecto que Monterrey guarda por él.

El espectáculo comenzó con «Se va muriendo mi alma», una melodía que sirvió como preludio de una noche cargada de romanticismo y nostalgia. Desde el primer acorde, el público quedó hechizado por el encanto del «Buki», como también es conocido, quien deleitó a sus seguidores con clásicos como «Dios bendiga nuestro amor», «Invéntame» y «Cuando te acuerdes de mí», tanto de su carrera en solitario como de su época con Los Bukis.

Acompañado por un talentoso grupo de bailarinas, coristas y músicos, Solís ofreció una producción espectacular que incluyó cinco pantallas gigantes, un deslumbrante juego de luces y un sonido impecable. El ambiente se impregnó de una energía palpable, haciendo que cada canción resonara en lo más profundo de los corazones presentes.

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con «Acepto mi derrota», que fue entonada al unísono por el público, seguida de la conmovedora historia detrás de «Tu Cárcel», una canción que marcó un hito en la carrera de Los Bukis y que continúa siendo un himno para sus seguidores.

El repertorio continuó con éxitos como «Viva el amor», «Mi Mayor Necesidad», «A donde vayas», «El milagrito», «La venia bendita» y «Si no te hubieras ido», culminando en un clímax romántico pasada la medianoche con «Mi eterno amor secreto» y «Más que tu amigo». Entre canción y canción, Solís expresó su profundo agradecimiento al público regiomontano, prometiendo regresar pronto para seguir compartiendo su música y su cariño.

Así, con una combinación única de nostalgia, pasión y romanticismo, Marco Antonio Solís conquistó una vez más los corazones de Monterrey, dejando una huella imborrable en la memoria de todos los presentes y reafirmando su lugar como uno de los más grandes íconos de la música latina.

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