El canto espiritual de las matriarcas de la comunidad Mascogo de Múzquiz, Coahuila, podrá ser escuchado en el concierto-documental “Los moscogos y su canto”, que se llevará a cabo el miércoles 2 de septiembre a las 19:00 horas en el Museo de Historia Mexicana.

En el evento se contará participaran Patricia Carrillo Carrera, directora del documental “Gertrudis Blues”, Jerónimo Valdés y Sergio Castillo, productores de “Mascogo Soul”, y el jazzista Héctor Zárate.

Por primera vez, la tradición del canto Mascogo quedó registrada de manera digital para su conservación y difusión  hace 15 años como parte de la filmación del documental “Gertrudis Blues”, durante todo este tiempo el audio permaneció inédito hasta hoy que se rescata en el CD de “Mascogo Soul”, contribuyendo así a la riqueza cultural del noreste mexicano.

Durante la presentación del documental “Gertrudis Blues” tiene como protagonista a Gertrudis Vázquez, la matriarca de la comunidad mascoga, también se podrá escuchar el canto ancestral que fue rescatado en Múzquiz, Coahuila, donde la comunidad que ha conservado su cultura.

Mascogo 2

Las cuatro ancianas mascogas que participaron en la grabación de los nueve temas en inglés arcaico y austero, lucharon por décadas para que su canto espiritual se escuchara, pues es un patrimonio que han conservado y transmitido de manera oral por generaciones, desde las primeras familias de refugiados afroamericanos que llegaron a México escapando de la guerra y la esclavitud en Estados Unidos.

Su voz, ritmo y sonidos con manos y pies son un sendero que conduce tanto a su africanidad como a la perversa y larga etapa de maltrato que les impusieron los norteamericanos.

Este canto esperanzador implicaba en su imaginario un sistema de justicia futuro, puesto que en su presente no existía. De la desesperanza, la postración e impotencia, surgieron sus melodías. Son los cánticos de esclavos del siglo XIX que hoy  se conocen como góspel o negro spiritual.

En CD “Mascogo Soul” fue realizado en 2015 con el apoyo del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC) de CONACULTA y bajo la producción de Nomada Films y Taberna El Cerdo de Babel, la producción incluye el trabajo de diseñadores, músicos y artistas plásticos encabezados por Jerónimo Valdés, Patricia Carrillo y Sergio Castillo.

Esta pieza de arte objeto es de manufactura semi artesanal, por manos de encuadernadores y grabadores (cada volumen contiene un grabado en papel amate, realizado por 10 artistas diferentes) con la intención de recuperar las tradiciones y  contribuir a extraer la música del universo virtual y llevarla de nuevo al espacio físico con dignidad y arte.

HUYENDO ENCONTRARON LA ESPERANZA

La historia de los grupos indígenas kikapúes, los seminoles y los mascogos que habitaron Estados Unidos de América en el siglo XIX es un muestrario de la sombría práctica occidental hacia los habitantes nativos, quienes sufrieron persecuciones a lo largo de dos siglos.

Agrupadas en lugares alejados de los blancos, las etnias perseguidas se vieron fortalecidas de la unión con esclavos negros que buscaban libertad; su número creció llegando a imponerse genéticamente. Al parecer la palabra mascogo viene de muskogee, una rama lingüística indígena.

Mascogo 1

Durante el siglo XIX, en el sur de Estados Unidos de América los esclavos africanos estaban concentrados en granjas algodoneras y fincas productoras de tabaco donde trabajaban de sol a sol, seis días a la semana.

Mientras cosechaban el algodón, los esclavos recuperaron sus cantos ancestrales africanos, logrando con su canto no sólo la distracción  de sus largas faenas, sino un ritmo que hacía su trabajo más tolerable, era lo único que no pertenecía a sus opresores. Cantando sentían ser uno; adoptaban su común desgracia y la enfrentaban entonando melódicas y repetitivas canciones a capella.

En su descanso dominical, eran obligados a acudir a templos especiales para esclavos para cristianizarse. Adoptaron religión y lengua al mismo tiempo. Así, surgieron ministros negros como predicadores y conductores de un pueblo encadenado.

En el oficio dominical poco a poco fueron componiendo coplas alusivas a la religión cristiana, en las que filtraban de manera sutil, sus infortunios. Un canto en el que a la vez honraban a su nuevo Dios y dejaban sentir su dolor jadeante basados en la súplica que hace Moisés al faraón: Let my people go!, plegaria e himno de rebeldía a la vez.

También magnificaban temas sobre la propia muerte: I wanna be readdy!, o el que menciona el Evangelio de Mateo: ¡El día que suene la trompeta todos seremos juzgados; unos irán al Paraíso y otros al Infierno!

La entrada al concierto –documental será gratuita, para más información puede visitar la página, www.3museos.com o ponerse en contacto a través de las redes sociales como @3museos

Con información brindada por 3museos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí