Un triunfo de 1-0 para la Selección de Croacia desnuda el auténtico accionar que engrana el Tricolor de cara al Mundial de Rusia 2018.

México se regresa a casa con desventaja en el marcador y preocupación por motivos de salud de ciertos jugadores.

La tónica del partido durante los primeros minutos era de esperarse. La Selección Mexicana tenía la pelota, no la prestaba y trataba de encontrar la mejor vía para desarrollar su juego.

Guillermo Ochoa veía de lejos el esférico. Su equipo la paseaba por todo el ancho y largo de la cancha, pero con el latente asecho rival que buscaba recuperar rápidamente el instrumento de juego.

Juan Carlos Osorio planteó un esquema 3-4-3. La zaga estaba compuesta por Héctor Moreno, Néstor Araujo, y Hugo Ayala. La media cancha era ocupada por Jorge Hernández, Omar Govea y Andrés Guardado y Rodolfo Pizarro, mientras que en la parte de ofensiva posaban Hirving Lozano, Carlos Vela y Javier Hernández.

 

Lapsus de mal juego y desconcentración.

Es cierto, los primeros diez minutos fueron mexicanos, pero a partir de ahí  Croacia fue creciendo.

De hecho, los europeos tuvieron la primera jugada grande del encuentro. De los pies del mediocampista Ivan Rakitić surgió un excelente pase hacia Andrej Kramarić que no logró sacudirse la marca defensiva que impidió un posible disparo.

Y si, no solo el mal futbol se hizo presente, ya que lamentablemente una lesión de cuidado figuró en el primer tiempo. Se trataba de Néstor Araujo, que en su afán de hacer una cobertura sobre Rakitić terminó sufriendo una lesión en su rodilla izquierda que lo obligó a salir del campo.

El rostro del defensor santista reflejaba preocupación, tristeza y cierta desesperación, adjetivos que inmediatamente fueron contagiados a los demás elementos mexicanos que se encentraban perdidos en el campo.

Los primeros reportes médicos indicaban que Araujo recibiría una resonancia magnética en el hospital más cercano, lugar a donde fue llevado rápidamente. Sin embargo, desde la perspectiva médica el jugador sufría un esguince de primer grado.

Los minutos pasaban y a pesar de que México se acomodó mejor en el terreno, el rival continuaba generando oportunidades de gol.

Para ejemplo un “tiro-centro” desde la izquierda fue motivo para que arquero Guillermo Ochoa se lanzara de manera espectacular y así evitara el tanto de la quiniela.

 

Tiempo de modificaciones.

Al arranque de la segunda mitad aconteció lo esperado. México sufrió varias modificaciones que terminaron por cambiar por completo su parado táctico.

Ahora, el conjunto azteca se paraba en el AT&T Stadium de la manera más trabajada por el profesor Osorio, es decir un 4-3-3.

Esto hizo que la posesión de pelota volviera a territorio mexicano y además, de cuidarse un poco más en zona defensiva, la cual estaba algo descubierta en la primera mitad.

 

Justicia en el marcador.

Pero eso no garantizaba que la Selección mexicana pegara primero, pues pasó todo lo contrario. Al minuto 60’ un penal fue señalado a favor de la Vatreni debido a una falta dentro del área, ocasionada por Miguel Layún.

El encargado de cobrar desde los once pasos fue la estrella del Barcelona Ivan Rakitić que no perdonó a Memo Ochoa y puso el 1-0 en el marcador. Un marcador que posaba de manera justa en la pizarra, debido a lo mostrado durante el transcurso de juego.

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Al 81’, Croacia estuvo a punto de sepultar las esperanzas mexicanas luego de una descolgada por sector izquierdo que terminó en un trazo al centro para un hombre de ofensiva  que voló su disparo y dejaba el uno en el marcador.

El tiempo expiró y el resultado se decretó. El equipo de Zlatko Dalić había derrotado a la Selección Mexicana, que se retira de suelo estadounidense con muchas dudas en cuanto a su funcionamiento de cara al próximo mundial.

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