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Hasta que la boda nos separe (2018) es la nueva comedia romántica mexicana producida por Corazón Films que llega a todos los cines este fin de semana. Refleja lo complicado (y lo divertido) en la boda de una pareja moderna mexicana, todo esto desde la perspectiva de una cámara de vídeo que busca “conservar para la prosperidad el feliz acontecimiento”.

Esta la opera prima del director Santiago Limón, reconocible por su trabajo como escritor en La Boda de Valentina, comedia mexicana estrenada este mismo año. Hasta que la boda nos separe es protagonizada por Diana Bovio, en el papel de María, y Gustavo Egelhaaf, como Daniel; cuenta con actuaciones de soporte muy efectivas, sin embargo, quien sobresale es Adal Ramones, cuya interpretación de “si mismo” se puede considerar como un acierto en la película.

La historia nos presenta a María y Daniel, una pareja de diferente clase social que está planeando su boda. Mediante los vídeos grabados por el hermano del novio, podremos conocer sus familias y a los invitados a la celebración, misma que no consigue satisfacer las expectativas de la familia ni de los novios; ¿La solución? Una doble boda el mismo día, una para la familia y otra para los amigos, con todas las dificultades que esta misión conlleva.

Escrita y dirigida por Santiago Limón, estamos frente a una comedia romántica con toques de humor negro que aprovecha los estereotipos para parodiar las tradiciones mexicanas en cuanto a bodas se refiere. Si tomamos en cuenta que la única pretensión de la película es divertir al espectador, debemos decir que salió bien librada.

Su mayor defecto es muy obvio, la dificultad que implica sostener un largometraje únicamente con escenas que pretenden ser espontaneas y grabadas con cámara en mano. Al paso de los minutos se torna inverosímil la idea de una “cámara indiscreta” que todo lo ve. Asimismo, este formato de “falso documental” obliga a los actores a verse espontáneos todo el tiempo, cosa que algunos no consiguen.

El cine mexicano sigue intentando formar un público consumidor para sus comedias románticas, pero algunas películas tienen mejor suerte que otras. Hasta que la boda nos separe es una buena opción para desconectarse y pasar un buen rato viendo una película ligera en el cine este fin de semana (mucho mejor si es con tu pareja).

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