Debido a una serie de erupciones por parte del Kilauea uno de los volcanes más famosos de Hawai, se desalojó a más de 1.700 personas de comunidades próximas al paso de la lava.

El sábado pasado acontecieron una serie de erupciones del volcán Kilauea, en la Isla Grande de Hawai, razón por la cual se tuvo que desalojar a cientos de habitantes para guarnecerlos de la caída de ceniza volcánica y del paso de la lava, de acuerdo al Observatorio Vulcanológico del Servicio Geológico de Estados Unidos y otras dependencias norteamericanas, la inestabilidad a causa de las erupciones del volcán podría durar semanas e incluso meses, por lo que representa no tan solo un peligro inminente que crece día a día.

Aunado a la expulsión de lava por fisuras volcánicas, los gases tóxicos que inundan el aire y los fuertes sismos, incluido uno de magnitud 6,9 el viernes han conmocionado profundamente a una población.

Debido a esa trifecta de amenazas naturales, se dispuso el desalojo de más de 1.700 personas de comunidades próximas al paso de la lava así como el cierre de parques, escuelas de educación superior y una sección de la principal carretera en la zona, en el extremo sur de la Isla Grande.

Cinco estructuras se han incendiado y miles de usuarios se quedaron brevemente sin electricidad debido a uno de los sismos más fuertes registrados.

El lago de lava en el cráter en la cumbre del Kilauea bajó de nivel en forma considerable, lo que deja entrever que el magma se desplazaba hacia el este, hacia Puna, un distrito principalmente rural de bosques, granjas de papaya y campos de lava de anteriores erupciones.

Funcionarios advirtieron de los peligros de las salpicaduras de roca caliente y los altos niveles de gas sulfúrico que podrían acarrear complicaciones a los adultos mayores y a personas con problemas respiratorios.

 

 

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