Arena Volgogrado, Rusia – El calentamiento de Inglaterra y Túnez previo a su partido del Mundial de Rusia 2018 estuvo marcado por una invasión de insectos que puso a sufrir a varios jugadores, que pese al repelente sufrieron la “furia” de los mosquitos.

Jesse Lingard, jugador de los ingleses, fue uno de los más perseguidos pese a la aplicación extra de repelente en los vestidores por parte de los utileros.

Incluso, un narrador de la BBC comentó que el equipo de transmisión llevaría una especie de cubierta de tela para el rostro para evitar la molesta sensación de tenerles cerca y no tragarse alguno.

En imágenes del día previo, se ve a una reportera inglesa rodeada de estos animales mientras intenta mantener la compostura a cuadro.

La Arena Volgogrado fue sede de este partido, cuya edificación a la orilla del río Volga conlleva la presencia de gran cantidad de mosquitos que, según reportes, son inofensivos e incluso no pican por la especie a la que pertenecen.

Con Información de: Medio Tiempo

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