Este jueves se estrenó la nueva película del director Daniel Stamm, quien vuelve a explorar el tema de la posesión demoniaca, pero ahora viéndola a través de un giro nuevo, ya que nos hace ver que es posible tener mujeres exorcistas rompiendo con el patriarcado católico y cultural. Stamm ya había explorado este subgénero de horror en 2010 cuando dirigió, “El último exorcismo”, segunda película en su carrera.

En esta ocasión, Stamm nos trae la historia de la Monja Ann (Jaqueline Byers) quien siendo una adolecente toma los votos religiosos y con el tiempo ingresa a una prestigiosa escuela de exorcismo especializada en los casos de posesión demoniaca, con el apoyo de la medicina, psiquiatría y la ciencia. Ann conoce a Natalie (Posy Taylor) una niña confinada en los muros de la institución que tiene una posesión demoniaca y que tiene los mismos síntomas que Ann vio en su madre cuando esta era una niña y abusaba de ella, nuestra protagonista está convencida que su madre no actuaba por alguna enfermedad clínica o mental, sino que estaba siendo poseída.

Los sacerdotes católicos aprenden metodologías que son capaces de liberar almas poseídas por el demonio, Las conferencias en el instituto son impartidas por el Padre Quinn (Colin Salmon) sin embargo sus enseñanzas están dirigidas solo para el público masculino y las hermanas religiosas solo son limitadas a la oración y cuidado de los enfermos.

“La luz del Diablo” hace recordar un poco a el “Exorcista III”, donde hace una ambientación de un clima opresivo, habitaciones solitarias, rincones oscuros, referencias de enfermería, de medicina, así como traumas del pasado de las víctimas.

Aunque “La Luz del Diablo” es una película de “fórmula”, rompe un poco con los clichés de este subgénero, así como las secuencias de los exorcismos. Este filme también nos da algunos puntos buenos, como no dejarse llevar por el plano sobrenatural o elementos fantásticos que el género nos acostumbra ofrecer, sino que se usan metáforas para debatir las diferencias entre psicología y religión.

Puntos en contra podrían ser algunos efectos generados por CGI, donde sabemos que a diferencia de otras películas que tratan el mismo tema, aquí se nota que están generadas por computadora y el ritmo de la historia se va a perdiendo con el paso de los minutos.

En fin, si eres de las personas que se asusta fácil y rápido y buscas pasar el rato encontrándote posesiones demoníacas violentas, metamorfosis corporales, monstruosidades profanas y feroces conflictos con el diablo, esta película te va a gustar y la vas a disfrutar, por el contrario, si eres ya experimentado en el cine de terror esta será una propuesta más que puede ser disfrutable.

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