La «Leyenda Negra de la Inquisición Católica” es un término utilizado para referirse al lado negativo y ya muy estigmatizado que se ha construido en torno al llamado “Santo Oficio” a lo largo de la historia. Si bien es cierto que a menudo se han exagerado algunos aspectos y se han difundido mitos, también hay hechos reales y bien documentados que respaldan la percepción negativa de la Inquisición.

Lo que más le caracterizó fue la persecución de “herejes”. La Inquisición fue establecida en la Edad Media para investigar y perseguir a los “blasfemos” y “herejes”, que eran personas que se consideraban desviadas de la doctrina católica oficial. La persecución de herejes era una lamentable realidad en la época y se llevaron a cabo numerosos juicios y castigos contra aquellos que eran considerados culpables. Algo que los conservadores quieren revivir hoy en día.

Esa persecución empeoró con el uso de muy distintos métodos de tortura. Durante los interrogatorios y los procesos judiciales, se emplearon técnicas de tortura para extraer confesiones y obtener información deseada por los inquisidores. La tortura fue utilizada como un método para mantener el control y la disciplina religiosa, como hoy la utilizan en algunos países islamistas, para perseguir y castigar a aquellos considerados blasfemos. Si bien no todas las personas acusadas eran sometidas a tortura, su uso era una práctica muy generalizada.

Nadie lo puede negar, en muchos casos las torturas de los “blasfemos” terminó con la muerte de ellos. De este tipo de actos surgió el Malleus maleficarum, o El martillo de las brujas, un manual plagado de supersticiones dedicado a la “caza de brujas” en donde la tortura de las “infieles” era el arma principal.

El peor de todos sus aspectos fue la ejecución de herejes por medio de su quema en la hoguera. La pena de muerte era una medida extrema promovida por la Inquisición. A través de los “autos de fe”, se llevaban a cabo ejecuciones públicas en las que los herejes condenados eran quemados en la hoguera. Estas ejecuciones tenían un fuerte componente simbólico y se utilizaban para infundir temor en la población y reforzar la ortodoxia religiosa.

Determinar una cifra real de “herejes” quemados en la hoguera por la Inquisición católica es difícil debido a la falta de registros consistentes. La Inquisición operó durante varios siglos y en diferentes regiones, lo que dificulta aún más la recopilación de datos certeros. Sin embargo, es ampliamente aceptado que la Inquisición llevó a cabo numerosas ejecuciones por medio de la hoguera.

Durante el periodo de la Inquisición, que abarcó desde el siglo XII hasta principios del XIX, se estima que unas 4,000 personas fueron quemadas en la hoguera. Sin embargo, algunos estiman que pudieron haber sido más de 5,000.

Pero incluso si el número de personas quemadas en la hoguera fuera menor en comparación con otras formas de castigo, la práctica en sí misma es emblemática de la crueldad y la violencia asociada con la Inquisición. La importancia de reconocer estos eventos históricos radica en comprender y aprender de ellos, y garantizar que no se repitan tan atroces violaciones a los derechos humanos en el futuro.

Otra característica que identificó a la Inquisición fue la censura y la represión de la libertad de expresión y libertad de pensamiento. Algo que grupos de conservadores quieren volver a imponer. La Inquisición ejercía un control muy riguroso sobre la producción y distribución de libros y otros medios de comunicación. Se prohibieron y censuraron numerosas obras consideradas heréticas o peligrosas para la fe católica. Esto resultó en la restricción de la libertad de expresión y la limitación del acceso a ideas contrarias a la doctrina oficial de la Iglesia.

El coartar la libertad de pensamiento y de expresión fue lo que generó lo que es denominado como el Oscurantismo, pues el alto clero se dedicaba a bloquear la difusión del conocimiento, la razón y la cultura al pueblo en general. Con estos actos oscurecieron al conocimiento humano.

Y depende de todos nosotros que esto nunca vuelva a ocurrir, a pesar de que “influencers” (charlatanes) promotores de ideologías conservadoras de odio, anti-derechos y neo-oscurantistas nos quieran quemar en la hoguera a todos los que estamos a favor de la libertad de pensamiento y al derecho al conocimiento.

Ahí se las dejo de tarea.

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