La noche de ayer, Carlos Vives presentó su gira Vives Tour 2018 en la Arena Monterrey, fueron miles las personas que bailaron al ritmo del pop, rock y vallenato del colombiano.

A las 9:45 de la noche, las luces de la Arena Monterrey se apagaron para recibir al colombiano y provocar la euforia de sus miles de fans, quienes al ritmo de Déjame entrar, Pa´ Mayté y Hoy tengo tiempo, abandonaron sus asientos para dejarse llevar por las pegajosas notas del nacido en la región de Santa Martha.

Muchos colombianos se dieron cita en el recinto regiomontano para escuchar un pedazo de su patria en voz de Carlos Vives. Las playeras de la selección colombiana, sombreros vueltiaos y banderas de la patria cafetalera, fueron portadas con orgullo para recibir a su compatriota.

“Un accidente deportivo” impidió al cantante bailar todo lo que él hubiera querido, sin embargo, el acordeón de Emilio Cuadrado “entró al quite” trasmitiendo su sabor al público al ritmo de La cañaguatera y El cantor de Fonseca, clásicos del folclore vallenato aderezados con guitarra eléctrica y batería, una constante en la carrera de Carlos Vives.

En 1993 hubo gente que le decía “acabaste con el vallenato”, esto cuando el disco Clásicos de la provincia y su primer sencillo La Gota fría, tomaron por asalto las listas de popularidad.

“Ya cuando hice La gota fría me decían que eso no era folclore. Y tenían razón. Yo soy un artista pop, pero no voy a copiar lo de otros países. Yo voy a inventarme el pop y rock mío.”, declaró en una entrevista a El Periódico de Catalunya.

Precisamente fue La gota fría la gran ausente de la noche, pero fue reemplazada por los éxitos Fruta fresca, y Volví a nacer, hits que celebraron ruidosamente los seguidores de Carlos Alberto Vives Restrepo.

La noche contó con emotivos momentos dedicados a México. Para morir iguales, compuesta por José Alfredo Jiménez y Todos somos México, canción de su más reciente disco Vives (2017), fueron interpretadas a dueto con la mexicana Mayela Orozco, ante un público que, a estas alturas, ovacionaba cada movimiento del colombiano.

El clímax de la noche se vivió después de despedirse del escenario, cuando Carlos Vives dejó pasar unos minutos antes de regresar y cantar La tierra prometida, seguida del éxito internacional La bicicleta (para el cual tuvo a bien dar un paseo a lo largo del escenario montado en una, recordando el videoclip realizado con su paisana Shakira). Cerró la velada con la muy esperada Quiero robarte un beso.

Carlos Vives se despidió de tierras regias ofreciendo un concierto emotivo, con un acordeón vibrante y poderoso, una banda que desbordó energía en el escenario y un público entregado que, seguramente, no dudará en aprovechar la oportunidad de tener otra cita musical con el cantante sudamericano.

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