Estamos viviendo un resurgimiento de muchas falsas terapias alternativas de toda índole, desde esotéricas hasta «espirituales», que por todos los medios se anuncian, incluso en las redes sociales de varios grupos religiosos las promocionan porque, supuestamente, están enfocadas para sanar distintas dolencias y malestares.

Pero existen ciertas «terapias» que en realidad son un vil acto de tortura, en toda la expresión de la palabra, y que no se basan en ningún tipo de conocimiento basado en la psicología o la psiquiatría. Nos referimos a las llamadas «terapias de conversión» o «terapias de reorientación sexual». Son esas en las que los padres y madres de familia llevan a la fuerza a sus pobres hijos cuando sienten vergüenza, o desprecio, por ellos por el hecho de ser homosexuales.

Es una lamentable realidad que en distintas comunidades religiosas (“cristianos”, “evangélicos”, “católicos”, “testigos de Jehová” y otros tantos más) se siga inculcando el odio y el desprecio contra la comunidad LGBT, y a todas sus formas de expresión. Todavía en estos días se les enseña a sus feligreses a despreciar a todo aquel que no cuadre con sus creencias religiosas, dejando de lado los mandamientos de amor y bondad al prójimo, dando paso a todas sus ideologías de odio.
No podemos negar que históricamente hablando, las mujeres, niños, la comunidad LGBT, y todo aquel que no siga ciertas creencias, han sido víctimas de distintos grupos religiosos de odio, y más cuando estos grupos tienen el poder económico o político del gobierno en sus manos. En el presente la cultura de género ha obtenido más espacios en las distintas instituciones dedicadas a la defensa de los derechos humanos a nivel mundial, pues basándose en estudios científicos reales y con un auténtico enfoque humanista, han logrado refutar muchos falsos mitos sobre la comunidad LBGT.Uno de esos falsos mitos, y el más difundido en el pasado, era que la homosexualidad era el resultsado de alguna enfermedad mental. Hoy en día incluso se ha constatado, y corroborado con estudios científicos, que esta tendencia existe en muy distintas especies de mamíferos, aves e incluso reptiles. No es ninguna enfermedad o ni patología, es sencillamente una adaptación de las especies para la supervivencia de los individuos.

Pero varios grupos religiosos con poder económico y político, que son fanáticos a las ideologías de odio, crearon esas falsas terapias que no tienen ningún sustento científico real, solamente basándose en sus creencias y en supersticiones mitológicas (religiosas). Estas agrupaciones usaban su desprecio para torturar física y mentalmente a jóvenes y adultos que eran homosexuales, al grado de hacer que ellos mismos despreciaran su propia existencia.

Esta plenamente documentado que las personas son llevadas a la fuerza o con engaños  esas mal llamadas terapias de conversión, para luego aplicarles distintos tipos de métodos de tortura física y mental, incluso en muchos casos eran enjaulados y encadenados como si fueran animales, atormentándolos al grado de dejándolos sin alimento, y en varias ocasiones incluso los cautivos sufrieron abusos sexuales por parte de los «terapeutas».

En la Ciudad de México ya está penado con cárcel a quien aplique esas falsas terapias de conversión, o de “sanación” como algunos les llamaban, y se espera que muy pronto se extienda a todo el país esta iniciativa para prohibir una de las peores prácticas pseudo-religiosas y neo-oscurantista que existen en nuestros días. Algunos incluso las han llegado a comparar a las torturas que aplicaba el «Santo Oficio» a las mujeres acusadas de brujería.Seamos realistas, en ningún momento se les restringe su libertad religiosa a esos grupos, pero tu libertad religiosa y de expresión termina en donde empiezan las libertades, los derechos y la dignidad de todos los demás. Tienes derecho a creer en lo que tú quieras, pero tus creencias no te dan ningún derecho a afectar la vida de los demás, mucho menos a pasar por encima de ellos.

Y por eso mismo, en varios lugares ya se está preparando una importante propuesta, la de prohibir que los menores de edad sean adoctrinados en ideologías religiosas que dentro de sus doctrinas incluyan ideas de odio. Todo mundo merece ser feliz como cada quien quiera, sin afectar la vida de los demás y sin que los demás les afecten a ellos.

El mundo sería un lugar mejor sin cadenas mentales basadas en mentiras. El odio se aprende, el odio se hereda, y por el bien de la humanidad debemos de terminar con ese legado de oscuridad.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí