Continuando con su gira del adiós «Hasta Siempre», José María Napoleón se presentó la noche de este sábado en el Auditorio Citibanamex, dónde recibió las muestras de amor y cariño que durante años ha sembrado y el público regio le brindó.

Foto: Fer Vega

Con 50 años de carrera artística, y un sin fin de éxitos, Napoleón se presentó ante 7,500 personas para deleitar y complacer a sus seguidores.

Fue a las 8:30 de la noche que las notas de los temas que lo acompañaron durante su carrera sonaron en Monterrey. Salió al escenario ataviado elegantemente en un traje negro para comenzar la velada con «De vez en vez», «Corazón bandido», «Quisiera» y «Celos», la cual desde el inicio el público coreó y cantó al unísono con el cantante hidrocálido.

10 músicos, 5 coristas, show de luces y una pantalla gigante

En cada tema, Napoleón contaba una anécdota o interactuaba con el público que de diversos sectores gritaban porras a su ídolo, gritos como «te amo», «te quiero», «a qué hora sales por el pan», hacían que el cantante contestara al público.

Éxitos como «30 años», «Ella se llamaba, “Canción del molino rojo», «Después de tanto», «Sin tu amor», entre otros, hicieron de esta velada una gran noche de amor, nostalgia y recuerdos.

No faltó, como en todos sus conciertos, un medley para homenajear al príncipe de la canción, José José, e interpretar algunos de los temas que “el príncipe” le grabó.

Foto: Fer Vega

Tocó el turno de interpretar «Cuando se pierde un amigo», dedicada a sus amigos que ya no están entre nosotros como José José, Juan Gabriel, Joan Sebastian y Alberto Cortéz.

Las sorpresas estuvieron presentes esta noche, como cuando abrió paso a su hijo José María para interpretar los temas de su lanzamiento musical.

Después de esta intervención, salió al escenario el mariachi Imperial Azteca de la Ciudad de Aguascalientes, con el cual interpretó “Aún estoy de pie», «Recuerdo apagado» y «La feria de las ferias», dedicada a la Feria de Aguascalientes.

Llegaba el momento del adiós, aún cuando el público esperaba más, y Napoleón los complació al interpretar los éxitos inmortales de su carrera: «Pajarillo», «Hombre» (que interpretó cómo ya es costumbre con su hijo José María) y, para cerrar con broche de oro, «Eres» y «Vive» para despedirse de su público regio.

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