Este martes Nueva York declaró “la emergencia pública de salud” esto debido a la epidemia de sarampión que desde octubre pasado se vive en la ciudad. Concretamente entre las comunidades judías ortodoxas que habitan en Brooklyn.

Esta medida extraordinaria la cual fue anunciada por la alcaldía en un comunicado, los habitantes que aún estén sin vacunar contra la enfermedad en el barrio de Williamsburg – es donde se concentra la mayor población judía de la ciudad – tendrán que inmunizarse con la inoculación contra el sarampión para “proteger al resto de la comunidad y ayudar a reducir la epidemia”.

Estas vacunas serán obligatorias mientras que miembros del departamento de sanidad y salud mental revisará las cartillas de vacunación de cualquier individuo que haya estado en contacto con pacientes infectados en caso de no estar inmunizado podrán enfrentar multas de hasta 1,000 dólares.

La decisión llega un día después de que este departamento amenazara con cerrar algunas “Yeshivas” (escuelas judías) o sancionar las admitieran niños que no están protegidos contra esta enfermedad.

“No hay duda de que las vacunas son seguras, efectivas y salvan vidas. Urjo a todo el mundo, especialmente aquellas en las áreas afectadas, que se vacunen para proteger a sus niños, familias y comunidades”, exhortó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.

Desde que esta epidemia de sarampión que comenzó en octubre pasado, se han confirmado 285 casos en la ciudad, la mayoría de ellos en los últimos dos meses, 246 se presentan en menores de 18 años y 39 en adultos, no se registran decesos, pero si complicaciones en 21 casos de hospitalización, y cinco de ellos en unidades de cuidado intensivo.

Desde hace dos semanas en el condado de Rockland al norte del estado de Nueva York se había prohibido que menores de edad aún sin vacunar accedieron a espacios públicos, como parques infantiles, ante el brote de sarampión que sumaba 161 casos en una población de 300,000 personas.

En una revista para padres que desean crear a sus hijos sanos, circulan falsas advertencias de que estas vacunas causan autismo y contienen células de fetos humanos abortados, según publica The New York Times, “creemos que no hay mayor amenaza para la salud pública que las vacunas”. Concluye la publicación, esto contradice el consenso científico de que las vacunas son generalmente seguras y altamente efectivas.

Este manual, fue creado por un grupo llamado padres que eduquen y abocan por la salud de los niños (PEACH, en sus siglas en inglés) y está dirigido a judíos ultra ortodoxos.

“Las vacunas contienen ADN del mono, ratas y cerdo, así como sangre de suero de vaca. Todo lo cual está prohibido por consumo de cuero con la ley dietética Kosher”. Dijo Moisés Kant, editor colaborador de la revista PEACH en un correo electrónico.

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