El tema de moda es hablar de ser “godín” en las empresas. El horario, el transporte, el tupper, el gafete, la llegada de la quincena, el aguinaldo, las jerarquías entre empleados, los jefes que solo por serlo te hacen la vida imposible, etc. En los últimos meses nos han llegado cintas donde existen las luchas de clases sociales en el ambiente laboral; y en el cine mexicano, “los godínez” están tomando fuerza.

Esta semana llega a las pantallas “La Rebelión de los Godínez”, una comedia mexicana dirigida por Carlos Morett, y escrita por él mismo y Omar M. Albores. Nos cuenta la historia de Omar Buendia, interpretado por Gustavo Egelhaaf, un talentoso programador que trabaja como botarga en la Friki plaza. Su abuelo, interpretado por Alejandro Suárez, le exige conseguir un trabajo verdadero, mientras que Omar tiene sueños que quiere cumplir. Cuando el abuelo enferma, Omar decide buscar un trabajo más serio en la empresa Relotech, para solventar los gastos del hospital.

Omar cuenta con unos «jefes de hierro», Tania (Bárbara del Regil) y Roberto Davich (Mauricio Argüelles), y encuentra en Maribel (Anna Carreiro) su interés amoroso. Encuentra complicidad con Hugo (Cesar Rodríguez) y Quique (Carlos Macías Márquez) al ser sus ayudantes en la creación de una app.

La cinta no brinda en sí, una crítica al respecto del tema de “los godínez”, sino, como salir adelante de un sistema hostil laboral, con trabajo, talento y dedicación. Se centra específicamente en la historia de Omar, sin embargo, al final hace una especie de redención hacia quienes pasan por estas situaciones, una cinta que intenta ser cómica y graciosa, pero solo eso, lo intenta.

La película, desde los primeros minutos, muestra incongruencias en el guion, su fotografía parece ser más de televisión que de cine (escenas borrosas, fuera de foco), además de problemas de continuidad, cámaras temblorosas, y ser la típica comedia de pastelazos.

La historia nos cuenta un poco de quien es el protagonista, mas no de los personajes secundarios, que, tienen un poco de humor, pero no van más allá, no son relevantes, no muestran sus historias y sueños. Los chistes son predecibles, exageraciones en escenas de peleas, abuso de clichés, estereotipos, situaciones absurdas, etc.

Lo negativo de la película, se puede salvar un poco con la actuación de Egelhaaf, puesto que tiene el carisma suficiente para interpretar su papel de una manera divertida y autentica, así, en combinación con Alejandro Suarez nos regalan una buena mancuerna, sin embargo, Bárbara del Regil ofrece una actuación exagerada en su carácter enérgico de jefa godín. Mauricio Argüelles rescata su actuación al aparecer como un jefe “mirrey”, maquiavélico y acosador, que logra el cometido de caer mal como villano.

En sí, a “La Rebelión de los Godínez”, le falta desarrollo estructural de historia y guion, tiene buenas intenciones, pero nada más.

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