La escritora de cuentos infantiles con sabor a magia, Carmen Vallín González, ha creado un sin fin de mundos literarios para que los pequeños ños disfruten e inicien el amor por la lectura.

Por Héctor Medina Varalta
Entrar al mundo de Carmen Vallín, es adentrarse en un universo lleno de magia, misterio y encanto. Escribir cuento infantil puede ser difícil para algunas personas, más no para quienes aún conservan en su interior a ese niño o niña. Ya que sólo así puede uno llegar a tocar el corazón de la niñez. Carmen Vallín González es una de estas personas privilegiadas. Ella tuvo una niñez normal y rodeada de libros que leía con avidez. Luego, ella contaba las historias que acababa de leer a su modo. Fue así como nació una gran escritora. Ah, y además, también es dibujante de sus propias creaciones
Carmen Vallín refiere que ella se inclinó a escribir este género literario cuando de niña escucho el cuento “La Mil y una noche”, desde mucho antes de saber leer y escribir. Después le leyó los cuentos “Susy”. En ese entonces ya escribía mis historias en una libreta cuadrícula. Además, si escuchaba cuentos ella los creaba a su manera. Recuerdo que yo les contaba cuentos a mis papás y les contaba “Simbad, el marino” a su manera. Eso ya lo traigo desde la infancia.
La escritora estuvo en el taller literario de Roberto Villa, ahí empezó a adentrase más en este género literario, anteriormente leía y leía, y escribir. Su primera poesía dedicada a su mamá, la escribió cuando estaba en primero de primaria.
El taller literario cambió mucho mi estilo, ya que uno no se da cuenta de los errores que puede haber. El maestro Roberto Villa, desde un principio estableció la regla de que se criticaría siempre en forma positiva, nunca en forma negativa ni destruir el estilo de escribir a nadie. De hecho, cierta vez invitaron a dos escritoras y cuando me tocó leer me lastimaron mucho con la crítica destructiva y ya no se presentaron, supongo que el maestro les dijo que así no se enseñaba en su taller. Se trataba de un hecho autobiográfico, obviamente tenía que hablar de mí.

Los niños son muy observadores
Vallín además de escritora es maestra. En una ocasión le pidieron que fuera a suplir otra docente en actividades artísticas en una escuela de cursos de verano. La escritora les contó el cuento “El saco de la risa”, los niños se emocionaron tanto que se frotaban las manos para ver que iba a pasar. De pronto, una niña se pone de pie, se dirige a la docente, la toma de la mano y le dice: “maestra, hágalo en libro, el cuento es muy bonito”. Esa es la mejor crítica que un escritor puede recibir. Asimismo, la escritora y ex directora de la Casa-Museo López Portillo, Silvia Quezada invitó a Carmen Vallín a un taller en que Quezada estaba impartiendo un taller infantil. Carmen escogió el cuento “Carmín”, una gatita que está en un circo y sueña con ser astróloga, hasta que al final descubre que su actividad es la que le corresponde. Antes de descubrirlo, la gatita trata de huir del circo hasta que ve un cartel que dice que ella es la máxima atracción infantil de temporada y se da cuenta que lo que hace es importante. Al terminar, un niño le pregunta: “Carmen, ¿por qué te escapaste de tu casa”.
La Ola Azul
La escritora comenta hace varios años escribió una canción de cuna titulada “La sonrisa de mi bebé”, le hizo dibujos para hacerlo en libro para colorear, lo envío a una editorial para su posible publicación. Pasó el tiempo y no obtuvo respuesta alguna. En una ocasión fue a la ciudad de México; al pasar por una librería vio en el aparador un libro con un título semejante al suyo. Entró y descubrió que la portada no era suya, pero sí el texto y los dibujos. Al reclamar su trabajo, el editor le dio un dinero por “venta total y definitiva”, que después en una conferencia supo que no existía ese concepto. A ella no le importó, pues vio su libro impreso. Por otra parte, Carmen Vallín ha ganado dos concursos más: uno en la Editorial Gráfica: “La Ola Azul” y otro en una asociación de periodistas de Guadalajara. En esta última no fue un cuento infantil, sino un cuento surrealista.
Carmen Vallín entró a un curso de Manga o ilustración japonesa en el grupo Minerva, que por cierto, casi se arrepiente porque los alumnos son niños. Así que habló con los organizadores y le dijeron que no debía sentirse incómoda por ser la única persona adulta y le propusieron cambiarla al domingo, ya que en su mayoría los alumnos son adultos.
El pajarito egoísta
En ese taller editan una revista, los alumnos votan por los mejores dibujos para que sean publicados. La autora participó en caricatura cómica con el cuento “Lito pajarito”, la historia es de un pajarito que se portó mal y fue convertido en humano como castigo. Empieza con una niña que ve a un niño muy triste que se encuentra embelesado viendo a los pajaritos. El chico le dice que él antes era uno de ellos, pero era muy egoísta ya que no dejaba comer a los demás pajaritos y solamente cuando una pajarita se enamore de él se va a romper el encanto. La niña le pregunta si alguna niña se a enamorado del niño. “Todavía no”-responde el niño-.ella le dice que si fuera pajarita le daría un beso para desencantarlo. “Gracias niña, ¡qué hermoso detalle! Permíteme darte un beso para darte las gracias.” “No, no me beses, no quiero convertirme en pajarita”. A los niños les gustó tato que votaron por él para que lo publicaran.
Algunas veces los adultos no comprenden el mensaje que lleva el cuento, pero lo importante es la opinión de los niños, ellos son muy sinceros; si un cuento no es del agrado de ellos lo manifiestan bostezando o se excusan pidiendo permiso a la maestra para ir al baño.
Hasta las piedras las hace hablar
Carmen Vallín escribió un cuento con un mensaje muy profundo. Resulta que unos humanos llegan a un planeta en el que supuestamente sus habitantes los estaban esperando. Los humanos llegaron a dicho planeta y usaron unos aparatos para poder comunicarse con los habitantes, pero como no los encontraron se fueron. Sin embargo, resulta que los habitantes eran unas piedras que se pusieron sus mejores galas: polvo brillante y ni así las vieron. Cabe mencionar que fue una creación onírica que tuvo Carmen. Por último, la talentosa escritora da un mensaje a los niños que desean convertirse en escritores: Que escriban todo los que les salga ya después se corrige el cuento y que crean en sí mismos, ya que a veces se pueden topar con personas que hacen comentarios destructivos y buscar temas. Cada quien puede tener su estilo: terror, policiaco, cuentos románticos o de animalitos. Lo importante es que saquen todo lo que tiene en su interior y que experimenten con cualquier tema si es que no lo tienen y también si lo tienen escribiendo otro tema. En lo particular siempre estoy pensando historias, y cuando las empiezo a escribir, es distinto como lo tenía planeado, pero lo dejo ir, ya que se puede encontrar cosas muy interesantes, si no me agrada, me regreso y lo corrijo. Me gustan los finales felices, pero si son tristes tienen un mensaje de amor y esperanza. Es muy satisfactoria la escritura, es parte de mi vida-puntualizó.

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