Estamos en la época del Halloween, una bella tradición que fue adoptada hace muchas décadas en el norte de México, muy cercana al Día de Muertos. Y es común que algunos fanáticos religiosos se han dedicado a mentir para intentar desprestigiar a la festividad del Halloween. Algunos incluso enaltecen más al Día de Muertos, como si fuera algo propio de nuestro país, pero esto es totalmente equivocado.

Todos deberíamos saber que la cultura cristiana fue impuesta por la fuerza a los nativos americanos, a base de fuego y acero por parte de los conquistadores. Nada que de ella proviene es algo original o perteneciente de nuestra cultura prehispánica, lamentablemente ni siquiera el Día de Muertos actual es realmente de origen prehispánico, es un sincretismo y su festejo fue impuesto al igual que la Navidad y la Semana Santa.

Tanto el Halloween como el Día de Muertos, tienen un origen europeo, y se han difundido por todo el mundo, pero no tienen nada de malignas, mucho menos tienen algo de “satánicas”. De hecho, no existe ningún motivo real para “defender” a una y atacar a la otra, pues tienen un mismo origen e incluso el mismo sentido: la veneración a los difuntos. Pero hay una gran diferencia entre ambas, y es que el actual Halloween, como tal, fue adoptado voluntariamente por los poblados del norte de México, especialmente por los niños.

Algunos pastores cristianos dicen (mienten) diciendo que se hace “en honor al dios celta Samhain” pero esto es falso, de hecho ese era el nombre de la celebración del Año Nuevo Celta, y no es para nada de origen satánico como algunos alegan. Dicen por ahí que “La verdad os hará libres”, así que aquí les vamos a decir la realidad basada en la historia real.

El Halloween no tiene un origen celta como se cree. Fue creado en el siglo VII por los mismos católicos. La palabra “Halloween” proviene de la festividad cristiana de la “Víspera del día de todos los santos”, que en inglés antiguo era “All Hallows Eve”, la cual se realizaba el 31 de octubre, un día antes del “Día de Todos los Santos” que es el 1 de noviembre, celebración muy popular en Irlanda y Escocia, y gracias a los inmigrantes de estos países fue como llegó a América el Halloween.

Fue el propio Papa Bonifacio IV quien instituyó esta festividad en el año 609, para “honrar a la Virgen María y a todos los mártires de la iglesia católica”. Con el correr del tiempo se extendió a todos los santos, y por eso surgió su nombre actual de “Día de Todos los Santos”. Originalmente se hacía día el 13 de mayo, pero el Papa Gregorio III, en el siglo VIII, la cambió al 1 de noviembre. Tiempo después se instituyó el día 2 de noviembre como el “Día de los Fieles Difuntos” o “Día de Muertos” en honor a todos los fieles que, según la creencia católica, sus almas estaban en el Purgatorio esperando su entrada al Cielo.

Varias investigaciones señalan que el origen de la palabra “Halloween”, podría venir de una antigua leyenda europea llamada “Mesnie Hellequin”, la cual, según cada región, tiene varios nombres, pero se trata de lo mismo; algunos le llaman la “Procesión de los muertos”, la “Santa Compañía” o la “Cacería salvaje” y otros nombres según el sitio donde la cuenten.

La leyenda narra una aparición espectral que podía ocurrir entre la noche de la Víspera del Día de Todos los Santos, hasta la noche del Día de Muertos. Se decía que se aparecía un grupo de seres fantasmales el cual era encabezada por un personaje vestido con un traje de arlequín (“hellequin” en francés) el cual, según la época y la región, podía ser un ser fantástico o legendario, y en otros casos podría tratarse de un ser de apariencia demoníaca.

En siglos pasados, durante la Víspera del Día de Todos los Santos (Halloween) se hacía una vigilia de oración por todos los santos fallecidos, la cual se realizaba en la tarde y noche del 31 de octubre, pero las costumbres y el sincretismo cultural de los católicos, hicieron que esta tradición religiosa se transformara en una celebración mucho más popular, en donde la festividad terminó desplazando a las oraciones religiosas, como lo es hoy. Algo que también ya está ocurriendo con la Navidad y la Semana Santa.

Algunos todavía creen que el Halloween proviene de los rituales de los antiguos celtas, y de su celebración del Samhain. Según sus leyendas, los espíritus de los muertos se reunían para examinar los eventos del año pasado y los futuros del próximo año, pero también visitaban sus antiguos hogares, y todo esto era la pauta para la celebración del año nuevo celta. Creencia similar al actual Día de Muertos, pero que no tiene que ver con el actual Halloween.

En la antigua religión celta, la cual era dirigida por los druidas (que no tiene nada que ver con la moderna “religión wicca”), en la noche del 31 de octubre ellos encendían grandes fogatas en la cima de las montañas para proteger a su comunidad de los malos espíritus y así ahuyentarlos. Este ritual no tenía nada de maligno, todo lo contrario, mucho menos de satánico.

Cuando los romanos conquistaron los territorios de los celtas, ellos agregaron la fiesta del Samhain a la fiesta romana de “La Cosecha” que se realizaba el 1 de noviembre en honor de la diosa Pomona, pero cambiaron su festejo para el 31 de octubre, para tratar de respetar la costumbre. Sincretismo romano, a final de cuentas.

El día 7 de noviembre del 2003 la UNESCO designó a la festividad del Día de Muertos como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”, por ser “Una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo”.

Según antiguos relatos, posteriores a la Independencia de México, el espíritu de los muertos regresa ese día para visitar a sus familiares más queridos, por lo que le construyen grandes altares para recordarlos. Se cuenta que las almas de los muertos se llevan consigo la esencia de los alimentos y bebidas para su camino de regreso al cementerio, para luego partir al Cielo. Ese día en la mayoría de las iglesias católicas se hace una misa especial por el descanso eterno de sus almas.

Erróneamente a esta celebración se sigue relacionando el antiguo ritual de los mexicas, quienes tenían una ceremonia especial con la que veneraban a Mictlantecutli y Mictecacihuatl, “El Señor y la Señora del lugar de los muertos”, pero no era igual al moderno Día de muertos, por no decir que casi no tiene nada que ver el antiguo ritual mexica con la actual celebración.

El ritual de los mexicas que era dedicado a los dioses de la muerte se hacía durante el mes de agosto, y se hacían sacrificios humanos en su honor. El moderno Día de Muertos es un ejemplo de ese sincretismo, de tradiciones mexicas y dogmas impuestos a la fuerza por los conquistadores españoles.

Los cánticos de “Noche de brujas Halloween”, “Dulce o travesura” o el “pedir calavera” que son usados por los niños para pedir dulces, no tienen nada de maligno, todo lo contrario, solo forman parte de esa tradición que ha evolucionado, como la misma sociedad evoluciona.

El Halloween y del Día de Muertos no se contraponen y se pueden mezclar perfectamente, uno no afecta al otro, ambas son tradiciones europeas que mezclan mitos y leyendas, las cuales no tienen nada de maligno, aunque algunos “cristianos” digan muchas mentiras sobre su origen, pero es debido a su gran ignorancia sobre el tema, por no investigar realmente nada sobre sus orígenes.

Muy a pesar de ser su origen católico, el Halloween se ha relacionado con rituales de satanismo, pero se sabe que para ese tipo de personas solo es una fecha más en su calendario, y aunque no es una fecha muy relevante para ellos, solo lo festejan como burla a la tradición cristiana, por lo que esos rituales oscuros no tienen nada que ver de forma directa con esa festividad.

¡Muy feliz Halloween para todos!

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