El día de hoy el Senado de Brasil decide suspender a Dilma Rousseff mandataria de Brasil de su cargo, con una votación de 55 votos a favor y 22 en contra

El día de ayer comenzó una de las sesiones más largas en la historia política de Brasil, la cual concluyó la mañana del día de hoy. Esta sesión histórica, de 22 horas tuvo como tema central la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff durante los próximos 180 días; 6 meses aproximadamente.

La razón por la que la sesión duró tanto fue porque cada uno de los 81 senadores tuvo que exponer su punto de vista durante 15 minutos. Después de oír las razones por las que cada uno de los senadores se proclamaba a favor o en contra de la suspensión, los senadores pasaron a votar. Los resultados fueron 55 votos a favor, 22 en contra y 4 abstenciones. Con esto, Dilma Rousseff se verá imposibilitada de ejercer sus cargos durante el próximo medio año; hecho que jamás había sucedido en la historia del país.

Durante estos 180 días el vicepresidente Michel Temer se convertirá en el presidente interino y en el senado se discutirá la decisión sobre la destitución definitiva de Rousseff. En caso de que la destitución se realice a finales de este año, Temer se convertirá en el primer mandatario hasta las próximas elecciones en 2018.

Este parece ser un hecho histórico insólito para una gobernante que tuvo una popularidad del 77% a comienzos de su primer mandato en 2011. Pero lo cierto es que han sido varios los errores que ha tenido y se han destapado durante los últimos 5 años, los cuales explican que su popularidad actual se de alrededor 10% de la población. Durante estos años se descubrió uno de los escándalos de corrupción más grandes en la historia de Brasil con la empresa para-estatal Petrobras; la cual dirigió Rousseff entre 2003 y 2010. Dicho escándalo ha puesto en la cárcel y en investigaciones a varios empresarios y políticos, sobre todo del Partido de los Trabajadores (PT), partido donde se formó tanto Dilma Rousseff como su antecesor Lula Da Silva; de hecho el ex-presidente Da Silva es uno de los personajes importantes que está en investigación.

A pesar de que a Rousseff no se le ha vinculado a un crimen en específico en su relación con Petrobras, ni se le ha descubierto enriquecimiento ilícito, se le está acusando de encubrir ciertos gastos presupuestales que se hicieron durante su reelección.

«Lo que hice fueron actos necesarios, legales, de Gobierno. Cosas iguales hicieron los presidentes que me precedieron y que entonces no fueron consideradas ningún crimen», argumenta Rousseff.

Otro punto que ha bajado enormemente la popularidad de la presidenta es que Brasil enfrenta su peor crisis económica desde los años 30. Aunque la presidenta argumenta que se le está hacienda un “golpe de estado moderno”, parece ser que la sospecha de su conocimiento en los actos de corrupción alrededor de Petrobras y los pésimos resultados de sus decisiones económicas hacen que mucha gente esté descontenta con su mandato y no apoye esta visión victimizante de los hechos. Así como algunos días han tomado las calles simpatizantes de izquierda para quejarse contra la suspensión, otros son los simpatizantes a favor de la suspensión; y la suspensión parece ser que se ejercerá sin problemas.

Rousseff ha exonerado a 28 de los 32 líderes ministeriales de su gabinete. Por lo que se espera que Temer elabore un gabinete propio para los próximos 6 meses.

Me parece que el punto más importante que tendremos que estar al pendiente en el futuro será ver si se maneja algún tipo de seguimiento minucioso en cuanto a la transparencia fiscal. A pesar de que Rousseff manifieste que está siendo víctima de otras fuerzas políticas; lo cierto es que la severa crisis económica en la que está Brasil está surgiendo dentro de un contexto de corrupción terrible. Los 2 mil millones que le fueron “robados” a la empresa Petrobras es el caso de corrupción más grande que se ha visto en la historia del país. No hay que tener mucha imaginación para entender porque hay gente que relaciona la crisis económica con la corrupción. Más allá de que si Temer se queda hasta diciembre o hasta 2018 y Rousseff sea destituida; o de que en las próximas elecciones gane la derecha, la centro-derecha o la izquierda; lo que queda de fondo es ¿qué harán los políticos brasileños para menguar los actos de corrupción política y ganarse la credibilidad de la gente? Sin duda es una pregunta difícil de contestar, sobre todo en un Senado donde al 61% se la ha investigado por actos de corrupción.

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