La emoción y expectativa que generó el Cruz Azul-Tigres de la Jornada 11, superó a lo que se vivió este sábado en la cancha del Estadio Azul.

Al final firmaron un empate a cero que le supo a poco a sus aficiones, que cumplieron con lo esperado e hicieron un entradón, la segunda mejor en lo que va del Clausura 2016 con 26,130 asistentes, en la casa de la Máquina, recinto que tuvo todos los ingredientes menos el más importante, los goles.

Jürgen Damm tuvo la jugada más clara para abrir el marcador por parte del conjunto felino. Al minuto 27 el jugador universitario tuvo un mano a mano frente a Jesús Corona, el cual parecía ya había ganado, sin embargo se alargó mucho la pelota y la oportunidad terminó desvaneciéndose en la línea de meta.

Fue un duelo dinámico por momentos, aburrido y lento por otros. Ambos estrategas, el Tuca desde la grada, hicieron sus movimientos para buscar el triunfo, pero ninguna de las dos fórmulas terminaron por cuajar en el terreno de juego.

Ya en la parte complementaria, el goleador en la Copa MX de Cruz Azul tuvo la oportunidad para irse al frente en el marcador, pero en su afán por colocar un disparo dentro del área, terminó mandándolo por un lado del marco de Nahuel Guzmán.

En los últimos 15 minutos ambos equipos buscaron la portería rival con más ganas e ímpetu que con buen fútbol. A las dos escuadras les hizo falta inteligencia e imaginación para dar el último pase que dejara de frente a los delanteros.

Todo terminó con un 0-0 que dividió opiniones en la tribuna. Algunos abuchearon el empate mientras algunos otros lo celebraron con un aplauso.

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