Enfrentamientos entre maestros de la CNTE y Policías Federales en Nochixtlán, Oaxaca deja 6 civiles muertos, 53 heridos y 41 policías afectados además de 21 detenidos.

Ningún policía falleció en lo que el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, considera “una emboscada a la policía”

Desde hace 1 semana integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) bloquearon distintos puntos estratégicos de las carreteras de Oaxaca, a través de 37 puntos diferentes que conectan al estado con la Ciudad de México, Puebla, Veracruz, Chiapas y Guerrero.

Estos bloqueos son una estrategia más que la CNTE ha utilizado para expresar su inconformidad con la reforma educativa. Son otro esfuerzo más hecho con el objetivo de poder dialogar con las autoridades sobre distintos puntos de la reforma. Una evaluación cuya última consecuencia es el despido, una mayor autonomía a las escuelas (la cual no ha sido aclarada y el movimiento magisterial relaciona con la responsabilidad administrativa) y un examen para la entrada al magisterio; son quizá los puntos más relevantes de dicha reforma. Aunque en un principio la principal consigna del movimiento magisterial era un rechazo total a la reforma educativa; hoy en día consideran que su principal exigencia es una mesa de diálogo con las autoridades, tanto para la liberación de los detenidos como para convenir los puntos entre líderes de ambas partes.

La respuesta del gobierno federal, representada en el Secretario de Educación Aurelio Nuño, ha sido y no al diálogo. No sólo un no al diálogo, Nuño ve a la reforma educativa como una reforma ya aprobada y que debe de acatarse. Por ende se han despedido a varios maestros que decidieron no presentarse a las evaluaciones docentes (aunque sería interesante analizar por qué despidió a un porcentaje y no a todos); otra medida del gobierno ha sido el arresto de los 2 principales líderes de la Sección 22 de la CNTE en Oaxaca, una de las secciones históricamente más politizadas.

Este fin de semana el gobierno federal, representada por miles de policías federales, ha decidido terminar con los 8 días de bloqueo; y no mediante el diálogo propuesto por la CNTE, sino a través de la fuerza.

El jueves 16 de junio 1,200 elementos de la Policía Federal llegaron al Aeropuerto de Oaxaca en distintos aviones. El sábado 18, a la 6 de la tarde, miles de ciudadanos salen a las calles en Tlacolula, Oaxaca en contra de la reforma educativa. Los policías federales comienzan a reprimir la manifestación alrededor de las 9 de la noche, aunque a las 11 son obligados a desplegarse ante la llegada de pobladores de Juchitán, San Blas y otros pueblos aledaños en apoyo al movimiento magisterial.

A las 10 de la mañana del domingo los policías federales decidieron romper con otro de los bloqueos, en esta ocasión en la carretera Oaxaca- Cuacnopalan en el municipio de Asunción Nochixtlán; en la región de la Mixteca. En este operativo participaron 800 policías federales, al principio llegaron y platicaron con los líderes de los manifestantes; en menos de media hora los manifestantes se desplegaron sin ningún acto de violencia. Alrededor de las 10:30 de la mañana los manifestantes regresaron con la convicción de retomar su bloqueo.

En entrevista con Ciro Gómez Leyva el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, comentó que en esta acción las autoridades “vivimos prácticamente una emboscada”. Ya que comenta que en algún momento llegaron a ser 2,000 manifestantes alrededor de las autoridades. Galindo comentó que los manifestantes echaron bombas molotov y dispararon armas de fuego, por lo que tuvieron que llamar a refuerzos armados.

Sin embargo periodistas de medios nacionales y internacionales comenzaron a filtrar videos y fotografías que captan a policías con armas de fuego, antes de que llegaran los refuerzos. En estas fotografías y videos podemos ver cómo la estrategia de las autoridades fue dar las armas a un sólo elemento entre varios. De tal forma podemos ver entre un grupo a algún policía con escopeta o con pistola.

Entre las fotografías que se han revisado no se ha podido encontrar alguna de un civil con arma de fuego, sin embargo sí es perceptible el uso de las bombas molotov. Incluso de puede ver que hay personas que las preparan en el momento llenando de gasolina los envases de vidrio.

Lo que tenía la “intención” de ser un operativo apegado al protocolo de Uso Racional de la Fuerza Pública, en el cual no se pueden usar armas ni toletes, según los informes de la Policía Federal; resultó ser un uso de armas de fuego de las autoridades desde el principio disparando directamente a los manifestantes. Sin duda alguna el derecho a manifestarse no es un derecho que se permita en nuestro país. Las autoridades han demostrado poder atacar a la población sin ninguna consecuencia una vez más.

Pobladores de pueblos aledaños a Nochixtlán apoyaron a los manifestantes, quienes aguantaron los embates de la policía hasta las 7:30 de la tarde; cuando se retiró. Sin embargo también hubo enfrentamiento en Hacienda Blanca, Oaxaca; donde los ataques se mantuvieron hasta más noche.

La versión actual de las autoridades es que la Policía sí utilizó armas de fuego, pero sólo para responder a agresiones. En esta versión las autoridades también comentan que las agresiones con armas de fuego comenzaron por parte de un grupo ajeno al movimiento magisterial, que iban vestidos de civiles y que agredieron a la policía. Aunque no podemos decir que esto sea cierto, ya que quizá en el futuro cambie; adaptándose a la nueva información de los periodistas, como pasó con la versión del comisionado Galindo.

El saldo final del día domingo fue de 6 personas fallecidas; entre las que se encuentran 3 habitantes de Nochixtlán y pueblos aledaños, 1 maestro de educación indígena, 1 estudiante de 19 años y 1 periodista; 41 policías federales lastimados, 53 civiles lastimados y 21 detenidos.

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