Como americanista que soy, obvio quiero que llegue la 13va copa ante Cruz Azul, y veo ligeramente favorito al América. Aunque muy parejo hombre por hombre, las presiones mentales que ambos conjuntos tienen son muy diferentes y, sin duda, pesarán en la cancha.
Por un lado, todos quienes somos seguidores a este equipo lo tenemos muy claro, o América es campeón o es un fracaso, no hay medias tintas. Al más grande se le exige como el más grande.
La presión de pertenecer a las Águilas es diaria, todos los días son ataques de medio país y elogios de la otra mitad; entonces, mentalmente los jugadores ya están acostumbrados a esas presiones, futbolísticamente están muy conjuntados, muy fuertes, en los últimos partidos no se le ven carencias físicas ni anímicas.
En el otro lado, el Cruz Azul tiene a su favor un potencial futbolístico que no se había visto en años. Además, cuentan con la gran motivación de terminar con la «maldición» que les impide no ganar la liga en los últimos 21 años.
La Máquina cementera solo ha ganado un campeonato de liga en los últimos 40 años, y que mejor que romper la “malaria” en contra de su máximo enemigo. Si vencen a este América, se borrará automáticamente esa final del 2013, el término “cruzazulear” poco a poco ira desapareciendo, y por fin lloraran de alegría después de 21 años al poder presumir la copa y la liga.
Pero, ¿Qué pasaría para el que perdiera esta final?
Para Cruz Azul, seguirán las burlas por no levantar trofeos de liga, la “cruzazulearían” nuevamente y América los seguirá teniendo de hijos, no solo en liga sino también en finales ganadas.
Si las Águilas pierden… medio México se burlará. Como hasta ahora lo han hecho se pierda o se gane, se tomará como un fracaso, Cruz Azul dirá que son sus padres (aun y que en 53 años América ha ganado 12 campeonatos y los cementeros, hasta hoy, solo 8).
Realmente, ¿Quién perderá más? ¿Quién es el que está más obligado a ganar? ¿Quién tiene más presión en esta final? El jueves lo descubriremos.
