La duración del enamoramiento se debe a la disminución gradual de la dopamina, proceso transitorio, conductual y neuroquímico en el que el cerebro desensibiliza las emociones, explica el neurofisiólogo, Eduardo Calixto González.
«Después de tres años el cerebro se adapta a la persona y se enamora, es decir, acepta sus defectos y busca mantenerla cerca, o bien, elige buscar a otro individuo que le ayude a liberar dopamina”, expuso.
“Cuando una mujer huele a un hombre, le puede resultar atractivo, porque puede decir que los genes del individuo no son iguales a los suyos, es por eso que aun teniendo a un hermano o pariente físicamente atractivo se da el rechazo de consanguinidad”, mencionó.
“Las mujeres tienen más grande el hipocampo (estructura especializada para la memoria y el aprendizaje), madura más rápido y tiene ambos hemisferios mejor conectados”, explicó Calixto González.
“El cuerpo calloso, estructura con la que se conectan los dos hemisferios, es hasta 25 por ciento más grande en ellas, lo que significa que integra un hemisferio cerebral izquierdo subjetivo y analítico, en tanto su hemisferio derecho es creativo y organizacional”, agregó.
“El hemisferio izquierdo tiene dos estructuras cerebrales: área de Broca y área de Wernicke, la mujer tiene mayor densidad neuronal en estas dos áreas, las cuales le permiten identificar y estructurar mejor el lenguaje”, explicó.
“Al cerebro humano le encanta la simetría facial. A nivel biológico el varón procura detectar a mujeres jóvenes con senos grandes y caderas anchas, que otorgan ácidos grasos que ayudan a la formación del cerebro, y tiene la probabilidad de generar hijos más inteligentes”, explicó.
“Los hombres evalúan en cuestión de ocho segundos a 12 minutos el proceso, que puede cambiar de acuerdo con los aspectos culturales. Valoran según el proceso visual dopaminérgico”, indicó el especialista.
“Una pareja menor de 22 años está condicionada al fracaso porque están atrapados en un factor neurobiológico que los estimula y por lo tanto creen estar con el amor de su vida”, señaló González Calixto.
“Cuesta trabajo creerlo pero no existe el amor de nuestra vida. Lo que realizamos son cambios neuroquímicos a nivel cerebral que nos hacen totalmente subjetivos y gradualmente aprendemos de ellos y en el transcurso de la vida vamos siendo más selectivos”, añadió.
El proceso de enamoramiento es para siempre cuando una persona se da cuenta que evoluciona, concluye el neurofisiólogo, Eduardo Calixto González.
Con información de Notimex