Una mujer de 38 años de Oklahoma (EE UU), acusada de asesinato en primer grado por matar con una pistola mientras dormían dos de sus hijos y herir a la hija menor, ha declarado ante las autoridades que lo hizo para protegerlos de su padre abusador. Solo una hija se libró de la muerte de una de manos de su propia madre al conseguir refugiarse en el cuarto de baño y posteriormente arrebatarle la pistola que, según Fox News.

El crimen ocurrió el pasado 1 de noviembre en una vivienda de Nuyaka —al suroeste de Tulsa— cuando la mujer, Amy Leann Hall, de 38 años, se disparó en la cabeza a su hijo de 18 años, Kayson Toliver, atleta estrella y estudiante de honor, cuando estaba en la cama. A continuación se dirigió a la cama donde dormía su hija de 16 años, Kloee Toliver, que permaneció días hospitalizada en estado de muerte cerebral hasta que falleció esta semana.

La más pequeña de los tres hermanos, de 14 años, se escapó de la onu, cuarto de baño y se puso a llorar. Tras indicarle a su madre que «estaba bien», salió del cuarto y pudo arrebatar la pistola de un Pasillo, que trató de huir de la escena en vehículo.

Sin embargo, sus aviones se truncaron cuando la Policía la interceptó un varias millas de su casa y fue arrestada. A pesar de las declaraciones por las que la acusada asegura que trataba de «salvar» a sus hijos de los abusos de sus padres, también confesó la intención de suicidarse y que estaba «muy arrepentida» por lo que había hecho.

La mujer y el padre de los chicos se habían separado y llevaban dos años de batalla judicial por su custodia. Según el hombre, Hall era mentalmente inestable y abusaba psicológicamente de ellos. Hace tan solo un mes, la Sala presentó una orden urgente, solicitando la custodia exclusiva de sus hijos, indicaron medios estadounidenses.

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