Este fin de semana llegó a los cines el thriller norteamericano Un pequeño favor (2018), una atractiva historia protagonizada por Blake Lively (Gossip Girl) y Anna Kendrick (El contador), basada en la novela homónima de Darcey Bell.
Stephanie (Kendrick) es una dedicada y joven madre que entabla amistad con Emily (Lively), una sofisticada publirrelacionista que dedica más tiempo al trabajo que a su familia. Un día, Emily le pide “un pequeño favor” a Stephanie, recoger a su hijo del colegio y cuidarlo en lo que ella llega. Tras dos días desaparecida, Stephanie, junto con el esposo de Emily, comienza una frenética búsqueda para encontrar a su amiga.
Un pequeño favor resulta entretenida gracias a la habilidad del director, Paul Feig, para entrelazar las historias y balancear intriga, suspenso y comedia.
La historia es atractiva y conforme avanza va in crescendo, esto a pesar de considerarse una formula bastante gastada en Hollywood. Remite a las tramas del llamado “cine negro”: El arquetipo de mujer fatal que desaparece y desencadena una búsqueda detectivesca.
Sin embargo, la diferencia de esta película con otros títulos, considerados film noir, es el escenario (completamente alejado de los barrios bajos y sórdidos) y los tonos de la fotografía (mayormente colores claros y pastel).
Un pequeño favor tiene muchos detalles disfrutables. Sin embargo, resultan inverosímiles algunos de sus giros argumentales; el colmo es que, a pesar de estos intentos, la trama es predecible.
Esta película es una buena opción para pasar el rato y disfrutar de una historia que te mantiene entretenido hasta la última escena.
Un pequeño favor (2018) es dirigida por Paul Feig, basada en la novela de Darcey Bells y actuada por Anna Kendrick, Blake Lively, Henry Golding y Andrew Rannells.
