Alberto Coto presentó su libro » Entrenamiento2 mental » en un lugar muy prestigiado de la Ciudad de México.

 

Por Héctor Medina Varalta

Ciudad de México.- Es común que muchas personas consideren los números y las matemáticas como algo difícil, abstruso y aburrido. Nada más falso; el cálculo mental puede ser un elemento de magnífico entretenimiento y, tal como demuestra esta obra, Entrenamiento2 mental, hay una forma de abordar las matemáticas tan creativa como recreativa.

Además, todo lo que nos rodea está sujeto a los números, y de muchas formas diversas las matemáticas están presentes en nuestra vida cotidiana haciéndonos necesario su manejo. Pero lo más importante es que está demostrado que el cálculo mental es un ejercicio imprescindible para aumentar la inteligencia, mantener el cerebro en forma y prevenir el envejecimiento prematuro de las neuronas, permitiéndonos tener una mente más activa, lógica, potente y ágil.

El lenguaje de las matemáticas

El autor es Campeón Mundial en Velocidad de Cálculo Mental Rápido y Récord Guinness con 19 segundos y 23 centésimas de segundo, sin embargo, acaba de romper su récord con 17 segundos y 04 centésimas de segundo. Por otra parte, uno de los capítulos de criptografía resulta ser uno de los más interesantes.

De acuerdo a Alberto Coto, la criptografía es el lenguaje de los códigos de seguridad, es para escribir un mensaje secreto, se utiliza encriptado o en clave. Se utiliza para todo: códigos bancarios, secretos en Internet, altos secretos de estado, entre otros. Puede ser desde un punto de vista positivo en el sentido hacker, que permite avanzar para que la seguridad pueda ser mejor, pero negativo porque es para robar datos.

Criptografía cuántica

Daré unas breves pinceladas en este apartado, pues hablar de temas cuánticos no resulta nada fácil y roza lo que llamaríamos ciencia-ficción. Y es que es un tipo de criptografía se cierne sobre nosotros: la criptografía cuántica, que garantiza absoluta confidencialidad de la información, transmitida por fibras ópticas, almacenando información en el elemento constituyente de la luz, el fotón.

Nace en los años ochenta con la propuesta de Charles Bennett y Gilles Brassard de utilizar la física cuántica para transmitir mensajes confidenciales. La transmisión se logra utilizando fotones individuales (cuantos de luz) enviados entre el emisor y el receptor mediante una fibra óptica. Un interceptor que intente leer el mensaje enviado solo podría destruir la información trasmitida, sin poderla reproducir perturbándola de tal forma que los interlocutores de la comunicación se darían cuenta de lo que se intenta hacer.

La privacidad podría llegar a su fin

Los primeros productos comerciales de criptografía cuántica salieron al mercado en 2002. Desde entonces, los avances no dejan de producirse y la adopción de esta tecnología, si bien lenta al principio, tiende a acelerarse. La cuestión que se plantea es la siguiente: si se pone en marcha este tipo de tecnología, la búsqueda de la privacidad habría llegado a su fin. Se garantizarían las comunicaciones seguras para gobiernos militares, empresas y particulares. La única cuestión en el tintero sería si los gobiernos nos permitirían a los ciudadanos usarla. ¿Cómo regularan los Estados la criptografía cuántica?, porque de la misma forma que la protección de información sería segura para los “buenos”, también lo podría ser para las actividades criminales. El futuro nos dirá.

La anécdota del ajedrez y los granos de trigo

El cálculo, la lógica y el conocimiento de los números pudieron llevar a cierto rey-quien le dijo a la persona que le regaló el ajedrez que pidiera lo que quisiera-a un callejón sin salida. El monarca se encontraba abatido, pues perdió en una batalla a su hijo mayor. Uno de sus súbditos para paliar su tristeza le obsequió aquel invento desconocido, no sin antes enseñarle cómo jugar a ese juego llamado ajedrez. Esto produjo un gran consuelo al rey, que vio reflejada entonces la necesidad de la pérdida de su hijo. Por haber aligerado su tristeza, ese monarca le dijo al súbdito que pidiera lo que quisiera. El súbdito le contestó que quedaría conforme con 2 granos de trigo por la primer casilla del tablero, 4 por la segunda, 8 por la tercera, 16 por la cuarta, y así doblando la cantidad hasta la casilla 64 del ajedrez.

El soberano casi se indignó de una petición que, a su parecer, no había de hacer honor a los maravillosos efectos que aquel juego le había procurado. El rey dio la orden a su ministro de entregar los granos de trigo a su súbdito. Sin embargo, después de hacer el cálculo, viendo que era imposible dar cumplimiento a la orden. Pues para entregarle al inventor la cantidad que pedía, no había trigo suficiente en los reales graneros, ni en los de toda la India, ni en todos los de Asia. El rey tuvo que confesar que no podía cumplir su promesa, ya que esa cantidad de trigo no se produce en la Tierra ni en 100 años.

Icosaedro truncado

El libro está escrito de una manera muy sencilla, amena y sumamente interesante. Además,  tiene su lado gracioso, pues Alberto Coto supo ponerle sazón a su libro para las personas quienes no les gustan las matemáticas puedan adentrase a este mundo fascinante. Esto es muy sugestivo, porque al final lo que se trata es hacer a las matemáticas más humanas, ya que los que nos enseñan en la escuela es un pizarrón lleno de fórmulas que poco se entienden.

Por otra parte, el matemático comenta que hasta en los juegos de azar como la Ruleta o el Me Late se puede utilizar las matemáticas para ganar. En el caso de los deportes, por ejemplo, la pelota de fútbol es un cuerpo geométrico, que en concreto se llama icosaedro truncado, es decir, el balón de fútbol no es en absoluto una esfera. Están hechos de 32 trozos de cuero planos con forma de pentágonos (12 de ellos) y hexágonos (20). Si no fuera porque dentro tenían una cámara con aire a presión, -esto es, si no estuvieran inflados- descansarían sobre alguna de sus caras. No se apoyarían en un punto, como debería hacer una esfera.

Las matemáticas en la guerra

Al preguntarle cuánto tiempo le llevó escribir el libro, Alberto Coto refirió que se tardó más pensando cómo escribirlo que escribirlo, valga la redundancia, es decir pensó escribirlo 8 meses y tardó en hacerlo 4 o 5 meses. El matemático y escritor ha escrito 6 libros, por ejemplo, “Ayuda a tu hijo a entrenar su inteligencia”, de cómo potencializar la inteligencia matemática y también cómo potencializar la inteligencia verbal, cómo potencializar la inteligencia natural, cómo potencializar la inteligencia interpersonal de la relación con los demás, de creer en uno mismo. Es un poquito del conjunto de inteligencias, no sólo las matemáticas.

El matemático sostiene que, lo primero que tiene que hacer un niño o una persona en general, es creer en sí mismo, creer que lo puede conseguir lo que se proponga, es lo primero, lo fundamental. En la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos utilizó a varios indios navajos para encriptar mensajes, ya que tienen una lengua muy extraña, pues ni siquiera es escrita. Los japoneses interceptan los mensajes pero nunca pudieron descifrar lo que los navajos querían decir, era un código indescifrable para los nipones. En conclusión, el mundo de los calculistas es un poco desconocido

Mensaje para los lectores

Alberto Coto sugiere a los lectores que hay que conocer las matemáticas desde otro punto de vista; desde un punto de vista lúdico, desde un punto de vista divertido y entretenido, que le den oportunidad a la lógica, que les den una oportunidad a los números, a las matemáticas. Considero que cualquier persona que lo lea le puede dar una imagen más atractiva de lo que son las matemáticas. El libro es tan ameno que lo pueden leer chicos de 15 años en adelante sin problema alguno. Es fácil de leer y accesible. Se procuró que alguna persona que interprete las matemáticas como cuando nos la enseñaban en la escuela: insulso, aburrido y tan feo; fórmulas que no se entendían, pues que vean que las matemáticas es mucho más que eso, que se pueden entender y disfrutar

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí