El pasado viernes llegó a las salas de todo el país la comedia “Grandes espías” (My Spy, 2020), estelarizada por el ex luchador Dave Batista, Chloe Coleman y dirigida por el norteamericano Peter Segal (Anger Management, 2003). Un filme que funciona, en gran parte, gracias al carisma de su protagonista.

JJ (Batista) es un agente de la CIA que es relegado a actividades de vigilancia por cometer un error. Tiene la encomienda de vigilar las actividades de una madre soltera llamada Kate (Parisa Fitz-Henley) y su hija Sophie (Chloe Coleman). Cuando Sophie descubre que JJ las está siguiendo, lo chantajea para ser entrenada como espía a cambio de guardar el secreto.

Esto desencadena situaciones que hacen que la comedia y los personajes avancen, evolucionen y enfrenten un “giro de tuerca”, bastante convencional, en la trama.

“Grandes espías” es una historia que aprovecha los clichés del genero y la “comicidad” de poner al protagonista “duro” realizando actividades “familiares”, para las que obviamente no está capacitado.

El actor y ex luchador de la WWE, Dave Batista, es mejor recordado por los filmes Guardianes de la Galaxia 1 y 2 (2014 y 2017), Avengers: Infinity War (2018) y Avengers: Endgame (2019), en donde personifica a Drax el Destructor. En este nuevo filme de espías, su presencia mantiene a flote la trama y lleva a buen término la historia.

En general, “Grandes espías” es una comedia ligera donde la interacción entre personajes, con personalidades completamente diferentes, resulta entretenida. Una opción bastante recomendable para que toda la familia asista al cine.

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