Corearon lemas como «No se engañen, Cataluña es España» y pidieron que el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, fuera llevado a prisión por sostener un referéndum ilegal la semana pasada. Algunos de los manifestantes subieron a los techos de las casas, incluidas familias con niños, y se inclinaron mirando hacia las calles de abajo para agitar gigantescas banderas españolas en una ciudad acostumbrada a la bandera “estelada” catalana; Sin embargo, un mar de banderas españolas tuvo mayor presencia ante algunas catalanas y de la Unión Europea.

La policía de Barcelona calculó que unas 350.000 personas asistieron a la marcha, mientras los organizadores de la demostración la Sociedad Civil Catalana, indicaron que acudieron 930.000 personas. La manifestación fue pacífica y no se reportaron incidentes mayores.

La manifestación del domingo por catalanes en contra de la independencia pondría más presión sobre Puigdemont. La marcha fue la mayor muestra a favor de la unión nacional desde el referéndum independentista que ha llevado a España al borde de una crisis nacional.

Por su parte, el presidente del gobierno central, Mariano Rajoy, reiteró que Madrid no permitirá que Cataluña, la cual representa una quinta parte de la economía española, se separe del país.

Después de que legisladores catalanes firmaran lo que llamaron una declaración de independencia de España; El gobierno español sostendrá el miércoles una reunión de emergencia del gabinete; El presidente regional Carles Puigdemont fue el primero en firmar el documento llamado “Declaración de los Representantes de Cataluña”. Después de él, decenas de legisladores lo firmaron.

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría realizó el anunció en Madrid horas después del discurso del presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, ante el parlamento regional en Barcelona.

Puigdemont dijo que los catalanes se han ganado su derecho a la independencia, pero dijo que los separatistas demorarán varias semanas su implementación para tener la oportunidad de dialogar.

La ceremonia de firma se produce unas pocas horas después de que Puigdemont habló ante el parlamento regional y dijo que los catalanes tenían el derecho a la independencia de España tras el referéndum del 1 de octubre. Pero llamó a un diálogo con el gobierno español, que ha dicho que la consulta es ilegal e inconstitucional.

Un funcionario español dijo que el gobierno central no acepta lo que calificó de la “implícita” declaración de independencia formulada por el líder de Cataluña.

Puigdemont dice que el referéndum del primero de octubre le da un mandato para declarar la independencia. Más del 90% de los que votaron aprobaron la secesión, pero en la consulta participó menos de la mitad del electorado. El gobierno central de España considera la consulta como ilegal.

El presidente catalán, Carles Puigdemont, ha insistido en que aplicará «lo que dice la ley» tras la votación del 1-O, en alusión a la ley catalana del referéndum, suspendida por el Tribunal Constitucional, que prevé una declaración de independencia tras un referendo que el Gobierno ha dado por bueno.

«La declaración de independencia, que nosotros no llamamos declaración ‘unilateral’ de independencia, está prevista en la ley del referéndum como aplicación de los resultados. Aplicaremos lo que dice la ley», ha aseverado Puigdemont en el programa «30 minuts» que esta noche emitirá TV3, cuyo contenido, grabado estos últimos días, ha avanzado de forma parcial el canal público catalán.

Asimismo, Puigdemont ha admitido no tener contacto con el Gobierno central: «Hace tiempo que no tenemos porque ellos rehuyen hablar de este tema. Ellos querrían que de este tema no se hablara».

«Lo que está pasando en Cataluña es real, les guste o no. Son millones de personas que han votado, que quieren decidir, tenemos que hablar de esto. ¿De qué creen que hemos de hablar? ¿Por qué se piensan que la gente se mueve? La gente no se mueve y hace frente a la violencia policial por una reforma del modelo de financiación. Seamos honestos todos juntos. Tenemos que hablar de Cataluña y no quiere hablar de ello», ha abundado Puigdemont, que ha dado por bueno un referéndum suspendido por el TC y plagado de irregularidades.

«Yo me pregunto, ¿por qué la solución de un conflicto debe ser un referéndum? Un referéndum al final es el síndrome del 50 más 1. Hay ganadores y perdedores. Ganadores y perdedores. Al día siguiente, ¿qué hemos arreglado? El conflicto sigue allí. No lo hemos resuelto. Soy partidario de buscar una fórmula de consenso. Dialogar mucho, buscar puntos de conexión, ceder todos un poco y seguir trabajando juntos», ha comentado Millo.

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