Los 12,334 aficionados que se dieron cita en el Estadio Monterrey vibraron con las estrellas del béisbol mexicano, en donde la novena dirigida por Daniel Fernández se llevó el triunfo.


Por: José Ontiveros

Consumando una auténtica fiesta mexicana, la capital de Nuevo León vivió el segundo encuentro de estrellas. En una exhibición de buena ofensiva el Equipo Rojo se colgó la victoria 6-1 para dedicársela a todo México.

Ataque verde en el amanecer del encuentro

Fungiendo como el equipo visitante, la nave dirigida por Pedro Meré tocaría al lanzador Édgar González. Siendo una pesadilla para los serpentinos como es costumbre, rápidamente, Eduardo Arredondo se colocó en la antesala.

Tomando su primer turno con un corredor en posición de anotar, Ramón Ríos partiría el diamante en dos. Con su imparable a la zona central del terreno, le permitió al ‘Mosco’ timbrar con la de la quiniela.

Despierta el Equipo Rojo

En lo que era un duelo trepidante de pitcheo, los bates rojos despertarían en la parte baja de la quinta entrada. Ante los lanzamientos del relevista Ozzie Mendez, la ofensiva liderado por Leonardo Germán le dio la vuelta al juego.

Encontrando al jugador de Sultanes de Monterrey por la intermedia, Antonio Lamas empataba a una carrera. Depositando la bola al prado central, permitió al velocista Germán llegar quieto a la regustradora.

Posterior al imparable de Lamas, Luis Alfonso García conectó un fuerte batazo al jardín izquierdo. Con su sencillo, remolcó a José Manuel Orozco, dándole la volteretra al encuentro.

Pero el ataque no paró, ya que Ricardo Valenzuela en calidad de emergente se unía a la fiesta. Colaborando con un elevado de sacrificio a los dominios de Francisco Lugo produciendo así la tercera rayita para los locales.

El trágico episodio para el relevo rojo contó con una equivocación más, luego de un elevado de José Ureña. Dejando caer la bola en el prado izquierdo, Luis Alfonso García anotó fácilmente la cuarta anotación.

Jesse Castillo liquida a los verdes

El séptimo episodio sería fatídico para Edwin Salas, dejando un mal pitcheo para el cañonero Jesse Castillo. Haciendo sonar su madero, Castillo puso de pie al Palacio Sultán depositando la bola en las gradas del derecho.

Ademas del largometraje del Jesse, Luis Alfonso cerraba una noche perfecta en su antigua casa. Conectando un batazo sencillo hacia la barda del izquierdo, trajo a Esteban Quiroz con la sexta y definitiva.

Cerrando la noche, Luis de la O bajo la cortina retirando la parte baja de la novena sin dificultad alguna.

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